Cómo estabilizar tus chakras en 7 minutos

¿Tienes poco tiempo pero sientes que necesitas un momento para reequilibrar tu energía? No te preocupes, en solo 7 minutos puedes estabilizar tus chakras con una práctica de yoga sencilla y efectiva. Los chakras, esos centros energéticos que recorren nuestro cuerpo, necesitan estar en armonía para que podamos sentirnos en equilibrio a nivel físico, emocional y espiritual. Vamos a sumergirnos en una breve secuencia que puedes hacer en casa, en el parque o donde prefieras, incluso si tienes una agenda apretada.

¿Por qué estabilizar los chakras?

Los chakras son como ruedas energéticas que giran en nuestro interior. Cuando alguno de ellos está bloqueado o desequilibrado, podemos experimentar malestar en diferentes formas: estrés, ansiedad, fatiga o incluso dolores físicos. La práctica de yoga, acompañada de la respiración consciente, ayuda a liberar bloqueos y a restablecer el flujo natural de energía en el cuerpo. Estabilizar los chakras no solo te hace sentir más conectado contigo mismo, sino que también mejora tu bienestar general.

Preparación: conecta con tu respiración

Antes de comenzar, siéntate en una posición cómoda, con la columna erguida. Cierra los ojos y lleva toda tu atención a la respiración. Inhala profundamente por la nariz, dejando que el aire llene tu abdomen, y exhala suavemente. Haz esto durante un minuto para calmar la mente y prepararte para la práctica.

La secuencia de 7 minutos

Tadasana (Postura de la montaña)
Ponte de pie, con los pies juntos y los brazos relajados a los lados del cuerpo. Siente el contacto de tus pies con el suelo, imaginando raíces que te conectan con la tierra. Esta postura estabiliza el chakra raíz y te llena de seguridad.
Malasana (Postura de cuclillas)
Desde Tadasana, separa los pies al ancho de tus caderas y baja a una posición de cuclillas. Junta las palmas de las manos frente a tu pecho. Esta postura abre las caderas, liberando tensiones del chakra sacro, el centro de la creatividad.
Navasana (Postura del barco)
Siéntate en el suelo, eleva las piernas y mantén el equilibrio sobre los isquiones, creando una «V» con tu cuerpo. Activa el abdomen para estimular el chakra del plexo solar, que representa tu energía y confianza.
Anahatasana (Postura del corazón derretido)
Colócate a cuatro patas y camina con las manos hacia adelante, dejando que el pecho descanse en el suelo mientras las caderas permanecen elevadas. Esta postura abre el chakra del corazón, liberando emociones y promoviendo la compasión.
Matsyasana (Postura del pez)
Túmbate boca arriba, coloca las manos bajo las caderas y arquea ligeramente la espalda, dejando que el pecho se eleve. Relaja la cabeza hacia atrás. Esta postura desbloquea el chakra de la garganta, favoreciendo la comunicación.
Balasana (Postura del niño)
Desde una posición a cuatro patas, lleva las caderas hacia los talones y los brazos hacia adelante. Relaja la frente en el suelo. Esta postura calma la mente y equilibra el chakra del tercer ojo, el centro de la intuición.
Savasana (Postura de relajación)
Túmbate en el suelo boca arriba, con las palmas hacia arriba y el cuerpo completamente relajado. Conecta con tu respiración, permitiendo que el chakra de la corona se abra hacia la conexión espiritual.

Concluye con gratitud

Al terminar la secuencia, permanece unos instantes en quietud. Lleva las manos al pecho, agradeciendo a tu cuerpo y a tu mente por permitirte este momento de cuidado. Reconoce cómo te sientes ahora: más ligero, centrado y equilibrado.

Practicar esta secuencia regularmente no solo estabilizará tus chakras, sino que también transformará tu relación con tu energía interna. ¡Dale una oportunidad y siente cómo, incluso en 7 minutos, puedes cambiar tu día!