En un pequeño pueblo rodeado de montañas, vivía un anciano maestro de yoga llamado Surya. Todos lo conocían por su calma inquebrantable y sus enseñanzas llenas de sabiduría. Una noche, uno de sus jóvenes discípulos, Arjun, llegó corriendo hasta la cabaña del maestro, visiblemente angustiado.
—Maestro, no puedo más. Mi vida es un caos. Nada de lo que hago parece tener sentido. Todo lo que intento fracasa y siento que la oscuridad me rodea —dijo, con lágrimas en los ojos.
El maestro Surya lo observó en silencio por un momento. Luego, con una sonrisa serena, se levantó de su esterilla y señaló el cielo nocturno.
—Arjun, mira las estrellas. ¿Qué ves?
El joven levantó la cabeza y observó el cielo infinito, salpicado de miles de puntos brillantes.
—Veo estrellas, maestro. Muchas estrellas.
Surya asintió y lo guió hacia una colina cercana, desde donde las estrellas parecían aún más brillantes.
—Dime, ¿qué hay entre las estrellas? —preguntó Surya.
Arjun frunció el ceño, confundido por la pregunta.
—Oscuridad, maestro. Hay oscuridad entre ellas.
Surya lo miró con ternura y dijo:
—Exacto, pero sin esa oscuridad, ¿podrías ver las estrellas?
Arjun quedó en silencio, reflexionando. El maestro continuó:
—La oscuridad no es enemiga de la luz. De hecho, la luz necesita de la oscuridad para brillar. Lo mismo ocurre en la vida, Arjun. Es en los momentos de mayor oscuridad donde puedes encontrar tus propias estrellas, tus propias luces, si te permites verlas.
El joven bajó la mirada, aún con lágrimas, pero ahora con un destello de esperanza en sus ojos.
—¿Y cómo encuentro esas luces, maestro?
Surya recogió una linterna de su cabaña y se la entregó.
—Empieza con esta. La luz no siempre aparece por sí sola; a veces, debes encenderla. Reflexiona, medita, y busca dentro de ti. Tu capacidad de iluminar tu camino está ahí, esperando a que la uses.
Esa noche, Arjun pasó horas observando las estrellas, y por primera vez en mucho tiempo, no sintió que la oscuridad fuera un enemigo. Entendió que, como las estrellas en el cielo, las luces de la vida se revelan cuando las buscas con paciencia y calma.
La enseñanza
La oscuridad no es un obstáculo, sino un lienzo en el que la luz puede brillar. En los momentos difíciles, no temas a la oscuridad, porque es ahí donde se esconden las estrellas que guiarán tu camino. Solo necesitas detenerte, observar y encender tu propia luz interior. 🌟
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